POESÍA ESPAÑOLA
Coordinación de AURORA CUEVAS-CERVERÓ
Universidad Complutense de Madrid
Foto: https://www.editorialrenacimiento.com
MARIANO MARESCA
. Profesor de Derecho en la Universidad de Granada (UGR).
TEXTO EN ESPAÑOL – TEXTO EM PORTUGUÊS
UN ÁRBOL EN LUGAR DE ESTATUA. [antología de poesía] Diseño: Juan Vida. Granada, España: La Gráfiica S, C. , 2009. 39 p. (Colección Romper el Cerco) 11 x 16,5 cm.
Ex. bibl. de Antonio Miranda
Hace mucho que no veo la estatua; recorro la ciudad por otros sitios más gratos, las plazas, el interior de San Matías, busco la proximidad de jardines que milagrosamente sobreviven. En realidad, rastreo lo más parecido a la sombra del bulevar donde hace más de cuarenta años esperé la salida del tren para Almería después de mi primer viaje a Granada, aquel lugar privilegiado convertido ahora en una cosa de nuevos ricos que también van a llenar de estatuas iluminadas con luces de bingo.
Salvo muy pocas excepciones, las estatuas me suelen resultar falsas y enfáticas, incapaces de dar lugar a un recuerdo o a un hábito. Son memoria impuesta, por lo menos, con dinero, y casi siempre después del fuego y la sangre. Es curioso que sólo parezcan en su sitio cuando las encontramos en un cementerio, y es que su presencia fuera de ellos tiene que ver con un defecto de secularización, con los rastros de algún fanatismo que se resiste a desaparecer.
Las verdaderas estatuas tendrían que ser los árboles: dejarlos que crecieran y dieran sombra y perdieran sus hojas y luego las volvieran a crear. Las estatuas que hacen ahora son planchas de un hormigón implacable a las que llaman plazas y que son tan horribles como el homenaje al fascismo que hay puesto ahí en medio.
Lo que yo quiero es que quiten esa cosa y que dejen de hacer la ciudad como una estatua erigida a la memoria de sus amos.
TEXTO EM PORTUGUÊS
Tradução de ANTONIO MIRANDA
Faz tempo que não vejo a estátua; percorro a cidade por outros lugares mais gratos, as praças, o interior de San Matíass, busco a proximidad de jardins que por milagre sobrevivem. Em verdade, rastreio o mais parecido com a sombra de um bulevar onde faz mais de quarenta nos esperei a saída do trem para Almería depois de minha primeira viagem para Granada, aquele lugar privilegiado transformado, agora numa coisa de novos ricos que também vão encher de estátuas iluminadas com luzes de bingo.
Além de poucas exceções, as estátuas parecem ser falsas e enfáticas, incapazes de dar lugar a uma lembrança ou a um hábito. São uma memoria imposta, pelo menos, com dinheiro, e quase sempre depois do fogo e de sangue.
É curioso que parecem em seu lugar quando encontramos em um cemitério, e é que a sua presença fora delaes tem a ver com um defeito de secularização, com os rastros de algum fanatismo que tenta não desaparecer.
As verdadeiras estátuas teriam que ser as árvores; deixar que cresçam e dêem sombra e perderem suas folhas e depois voltarem a criar. As estátuas que fazem agora são pranchas de concreto impecáveis chamadas de praças e que são tão horríveis como a homenagaem do fascismo colocado aí no lugar.
O que eu quero é que retirem essa coisa e que deixem de fazer como uma estátua erguida à memoria de seus amos.
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Página publicada em março de 2021 |